Tras más de dos
meses de caminata, discontinua, pero caminata al final por más de 600
kilómetros desde la calidez del oriente boliviano hacia la altura paceña,
llegarán… En pocas horas, más de 2.000 indígenas de tierras bajas y altas,
acompañados por un número considerable de supuestos “activistas” (por ahora
dejemos a estos últimos de lado), arribarán al centro de la Sede de Gobierno.
Allá, los espera
con una notoria impaciencia el autodenominado “indígena” gobernante: Evo
Morales Ayma, en un momento en el que su rostro esgrime un claro dolor por la derrota
simbólica que le infringió la elección de autoridades judiciales del pasado fin
de semana. Aún así, se avizora el tan esperado, por muchos con ladino interés, “Encuentro
de Titanes”.
Los marchistas que defienden el
Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) se encuentran en
Urujara, luego de haber caminado más de 28 kilómetros, esta jornada, y tras descender
la Cumbre a 4.700 metros sobre el nivel del mar.
En un intento
por buscar el protagonismo innecesario, Luís Revilla, alcalde de La Paz,
intentó a las 14.00 parar la marcha para hacer un acto… “muy oportuno”, por
cierto.
Durante estos 64
días, el protagonismo de los originarios de tierras bajas, apoyados por los del
Altiplano fue en aumento, otrora gracias a los medios de comunicación,
políticos, especialistas, dirigentes de sectores, quienes, en su mayoría, actuaron
de manera oportuna (por no decir oportunista).
En contraste, la
figura siempre controversial de Morales, el autodenominado indígena, pero con claros
atisbos de colonizador, peculiarmente apoyado por este sector que buscó desde
el principio confrontarse violentamente con los indígenas (versión admitida en
reiteradas ocasiones por sus representantes asambleístas y dirigentes
sectoriales), ahora se sume en el desgaste provocado por sus malas jugadas de
ajedrecista novato.
AdiCrisFr.
TIEMPO DEL CRUCE
CRUCIAL. Ahora resta ver cuáles serán las fichas que manejarán ambos bandos pues resulta
hasta inocente pensar que el Gobierno nacional no cuenta con una estrategia
para hacer frente la movilización que amenaza seriamente su golpeada
credibilidad. Asimismo, no hay que tener más de dos dedos en la frente para divisar
que detrás de esta insigne marcha de gente que sufrió minuto a minuto la exhaustiva
caminata, no existan intereses oscuros por parte de dirigentes y entidades no
gubernamentales.
Queda lanzar las
incógnitas: ¿Quién gana? ¿Cuál será la mejor y verdadera solución? ¿Qué viene
después?
Continuará…
AdiCrisFr.
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