Después
de que el lunes el presidente Evo Morales, admitiera en ATB, que se equivocó al
no haber ingresado anteriormente dentro del Territorio Indígena Parque Nacional
Isiboro Sécure (TIPNIS) para conocer la realidad de los originarios, “la
pobreza con la que viven”, hoy volvieron los escandaletes, al mejor estilo
argentinesco, por parte de dos viejos conocidos: Alvaro García Linera,
vicepresidente, y Juan del Granado (MSM).
"Los
tipnólogos opinan que el problema de la carretera entre Villa Tunari y San
Ignacio de Moxos es para una discusión entre el desarrollismo y el ecologismo,
pero creo que el verdadero debate es ver las condiciones de pobreza de los
pobladores de esa zona y buscar la mejor forma de solucionarla", fueron
las palabras que demostraron, una vez más, la contradictoria sorpresa de
Morales, quien en reiteradas circunstancias expresó que la vía traería progreso
y desarrollo a las comunidades del lugar ¿A qué jugaba entonces si no conocía
de lo que hablaba, recién ayer se dio cuenta?
Qué
pasó con los intelectuales del MAS quienes, por conocimiento general, se sabe
que tienen una formación bastante amplia y que, por tal criterio, deberían
asesorar mejor al presidente al momento de dar a conocer su posición sobre un conflicto
tan delicado.
Para
agregar a esta “chocolatada”, donde llueven agresiones, palabras sin sentido,
ponchos de pseudoindígenas, plata de ONGs y demás, tuvieron que volver a
discutir públicamente el mentado Sin Miedo, quien aparece siempre como un
todólogo que se las sabe todas y que, misteriosamente, siempre que quiere
hablar tiene al menos a 20 medios escuchándolo en “improvisadas conferencias de
prensa”. Dejemos pasar este detalle, por ahora.
Así, Del Granado aseguro,
con sus aparentes pruebas, que el tramo II de la vía interdepartamental, significaba
una enorme inversión además, de que habría un sobreprecio en su construcción.
Obviamente, esto lo hizo por amor a la casaca verde… que va, para nada tendría
que ver con los réditos partidario- políticos que pretende consumar para
hacerse de la silla presidencial, desde hace más de un año.
“Trabajamos para
hoy, soy la nueva alternativa política, hay que bajar a este Gobierno”, expresó
en una entrevista que le hice, en abril, desvirtuando cualquier concepto de “buen
samaritano” que el autor tenía de su persona.
Pero, esto no quedó atrás
y en vez de atender problemas de fondo, a la velocidad del héroe de series “Flash”, García salió a la
palestra e indicó “no es la carretera más cara de Bolivia, es la cuarta”.
Aclaró que solo habrá tres kilómetros de puentes
y no 209 como había señalado el líder del MSM y que la deuda adjudicada por el
financiamiento de la carretera es del Estado y no así de la empresa
constructora. “No hemos dado nada en concesión, lo que hizo OAS fue encontrar
la vía del financiamiento, el dueño de la carretera es el Estado”.
En este artículo, estos
tres últimos párrafos pueden ser resumidos en una frase: enfrentamiento viejo,
resfriado (pasado), resentido y con una finalidad netamente política. ¿Mientras
nos encaminamos a resolver estas discusiones burdas, quién se ocupa del asunto
de fondo?
Y, continuará…
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